El envejecimiento es un rejuvenecimiento

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La longevidad y el envejecimiento demográfico que no son exactamente la misma cosa, como enseguida veremos, constituyen dos de los grandes avances de la humanidad en nuestro tiempo. Sin embargo, son interpretados la mayoría de las veces, como generadores de problemas más que como una auténtica conquista social. Un buen número de obras literarias se han ocupado del tema de la vejez bajo el prisma de los conflictos generacionales bien para señalar el poder de los mayores sobre la juventud o con más frecuencia la crítica de los jóvenes a los mayores que identifican como improductivos, insolidarios, parásitos, egoístas, materialistas, voraces o roñosos. Estos conflictos entre generaciones son el objeto de novelas como “La Guerra del Cerdo” de Bioy Casares o “La posibilidad de una isla “de Michel Houellebeqc. Pero si quieren una obra verdaderamente atractiva sobre el envejecimiento y la inmortalidad léanse “As intermitencia da morte” del Premio Nobel portugués José Saramago.

Personalmente tengo una visión positiva sobre el envejecimiento. El hecho de que la gente viva más años y en condiciones que van progresivamente mejorando, es en realidad un proceso de rejuvenecimiento de la población que alarga sin cesar todas las fases del ciclo vital. Enseguida lo veremos, pero, por el momento, déjenme decirles que quiero contarles.

He reunido los asuntos más importantes en un decálogo de cuestiones que he planteado de forma interrogativa. Estas son:

  1. ¿Qué es el envejecimiento y qué no es? La diferencia entre envejecimiento y longevidad.
  2. ¿Por qué el envejecimiento es un rejuvenecimiento?
  3. ¿Qué factores han provocado el fenómeno?
  4. ¿Qué rasgos los definen?
  5. ¿Cuáles son sus datos a escala internacional y nacional?
  6. ¿Cuáles serán sus consecuencias sobre el mercado laboral?
  7. ¿Podremos pagar las pensiones?
  8. ¿Qué repercusiones tendrá para el sector sanitario?
  9. ¿Ejerce una acción decisiva o al menos importante sobre el voto?
  10. ¿Ofrece el envejecimiento nuevas oportunidades económicas?

 

  1. ¿Qué es el envejecimiento y qué no es? La diferencia entre envejecimiento y longevidad.

La población no envejece. Lo hacen las personas. Por puro convencionalismo hablamos de envejecimiento de la población cuando personas de una determinada edad rebasan un determinado porcentaje de la población total.

 

Umbral: 65 años.

Valor relativo: +10%

Son valores puramente estadísticos.

 

No se debe confundir envejecimiento con longevidad. Simple aumento numérico de las personas por encima de una determinada edad. Puede aumentar el número de longevos sin que haya envejecimiento aun cuando el aumento de la longevidad es un factor de envejecimiento (no el único).

 

Cuestión relacionada con el envejecimiento y la longevidad es la de a qué edad se envejece. Es una cuestión de difícil respuesta. Existe una multiplicidad de criterios para definir la vejez: el puramente cronológico o estadístico, el laboral, el psicológico o mental, el vinculado con la esperanza de vida, el laboral, el biológico.

 

Convencionalmente utilizamos el cronológico o estadístico pese a sus dificultades. Se puede ser viejo  a los 40 años y joven a los 75. En una encuesta realizada por el IMSERSO la mayoría de las personas piensan que el “ser mayor” no depende de la edad si bien la respuesta mayoritaria fue que se es mayor a partir de los 70 años (es un concepto de edad percibida).

 

Creo que como mínimo hay que situar el inicio de la vejez cronológica o estadística en esta edad y no en los 65 (que ya no son para la mayoría de países, ni siquiera edad del retiro). Hoy, una persona entre 65/70 equivale a una de 55-60 de antes. Y es preciso diferenciar dentro de la vejez estadística al menos tres grandes etapas. La tercera edad de 70 a 80; la cuarta de 80 en adelante y dentro de este grupo diferencian ya los centenarios e incluso los supercentenarios que serían los que han cumplido más de 110 años.  Hablar de centenarios y supercentenarios exige hablar de las  Zonas Azules

 

The Blue Zones:

Las zonas azules son territorios en los que viven personas de gran longevidad: octogenarios, nonagenarios y múltiples centenarios, incluso algún súper centenario (más de 110 años). Se denominan así porque por primera vez el demógrafo belga Michel Poulain y el médico italiano Gianni Pes identificaron una población con esta estructura en la región de Barbaglia, en la Isla de Cerdeña y delimitaron el territorio con tinta azul. Un estudio demográfico realizado a comienzos de este siglo puso de manifiesto que 1 de cada 196 personas nacidas entre 1880 y 1990 había llegado a cumplir 100 años. Con posterioridad el investigador estadounidense Fan Buettner se embarcó en un proyecto para identificar otros territorios con altos niveles de longevidad. De esta manera se localizaron cuatro espacios más que recibieron por extensión el nombre de zonas azules y que se sitúan en Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Loma Linda (California) y la Península de Nicoya (Costa Rica) Todas ellas son zonas con abundante presencia de longevos, caracterizadas por alguna especificidad  relacionada con esa condición. En Barbaglia, situada en la zona montañosa de Cerdeña se produce la mayor concentración de centenarios del mundo. La isla de Okinawa localiza las mujeres más ancianas del planeta. Icaria, una isla del Mar Egeo, tiene las poblaciones de longevos con menores índices de demencia del planeta. Loma Linda es una comunidad de adventistas del séptimo día con una esperanza de vida 10 años superior a la media estadounidense. Y Nicoya concentra la segunda comunidad de centenarios más grande de la tierra.

 

¿Cuál es el secreto de esta larga longevidad? ¿Cuál es el misterio de estas zonas azules para producir tantos centenarios?

Un equipo compuesto  por diferentes especialistas (médicos, antropólogos, demógrafos, nutricionistas, epidemiólogos) dirigido por el propio Dan Buettner, que viajó numerosas veces a las distintas zonas azules, identificó nueve grandes factores de longevidad relacionados con la alimentación y los estilos de vida. Son estos:

 

  • Una intensa movilidad habitual. Para hacer cualquier cosa en sus ámbitos naturales deben moverse. El sedentarismo es un hábito desconocido en estas zonas.
  • Tener IKIGAI, una palabra japonesa (Okinawa) utilizada para definir las razones de nuestra propia existencia o con más inmediatez los motivos por los que nos levantamos cada mañana.
  • Reducir el estrés, asociado con casi todas las enfermedades causadas por el envejecimiento. Implica amortiguar el ritmo de nuestra actividad con interrupciones para la realización de tareas diversas que forman parte de las rutinas habituales de cada sociedad: la siesta en los países mediterráneos, el rezo de los adventistas, la ceremonia del té de las mujeres okinawenses, etc.
  • “Hara hachi bu”, es la recomendación de Confucio para no comer hasta saciarse, sino hacerlo al 80% de la capacidad de cada persona.
  • Una preferencia de los alimentos vegetales. La carne, el pescado o la leche animal se toman, pero en proporciones reducidas.
  • Un consumo moderado de alcohol. Los bebedores moderados viven más que los abstemios.
  • Inserción en grupos sociales que fomentan los comportamientos saludables.
  • Forman parte de comunidades de creyentes con prácticas religiosas habituales.
  • Hábitos familiares sólidos, entre padres, hijos, abuelos y otros miembros.

En un afán de síntesis quizás podríamos reducir estos nueve factores en dos principales: el primero sería el de llevar una vida “saludable” que suponga una movilidad habitual, una práctica de rutinas que “interrumpan” el estrés habitual, comer sin saciarse productos eminentemente vegetales, sin renunciar completamente al alcohol. Y el segundo el de insertarse en grupos que fomenten y ayuden a cumplir estas “buenas prácticas”: grupos familiares, comunidades de creyentes, grupos sociales, etc. todos los cuales deben poseer su IKIGAI, su razón para vivir. Y es que hay un IKIGAI personal y cada cual tiene el suyo, pero hay también un IKIGAI colectivo que define los objetivos que cada comunidad se plantea y los desafíos que debe resolver para alcanzarlo. Vivir así es vivir más y mejor. Con los genes de una vida larga se nace, pero la longevidad también se hace como lo prueban los habitantes de las zonas azules.

(Otra forma de determinar el inicio de la vejez es hacerlo en función de la esperanza de vida. Determinados autores consideran que se entraría en la edad de la vejez 15 años antes del fallecimiento, lo cual ocurriría a los setenta y tantos años según los diferentes valores de esperanza de vida. )

 

  1. ¿Por qué el envejecimiento es un rejuvenecimiento?

Porque con el aumento de la esperanza de vida las personas pueden considerarse jóvenes y adultos durante más años .Se vive más tiempo y cada vez en mejores condiciones. Cuanto mayor es la longitud dela vida se está menos tiempo enfermo. En USA donde estas investigaciones alcanzan un mayor desarrollo se han llevado a cabo estudios que ponen de manifiesto que la población en general con una esperanza de vida de 80 años vive unos 15 años con mala salud .Sin embargo, en personas de más de 90 años este tiempo se reduce a 9 y en los súper centenarios es solo de 5 años.

Y esa vida más larga y mejor faculta a las personas para hacer cosas útiles durante muchos más años .Mick Jagger afirmó que preferiría estar muerto que cantando Satisfaction a los 45 años y ahí le tienen hoy  actuando con sus satánicas majestades a los 73 años .Y frente al tópico de que una persona es incapaz de aportar ideas nuevas cuando cumple una determinada edad ,tenemos los ejemplos de Picasso que siguió renovando la pintura por encima de los 90 o al Papa Francisco que está dando un vuelco a la Iglesia con más de 80 años.

 

  1. ¿Qué factores han provocado el fenómeno?

Se suelen distinguir varias clases de envejecimiento. El proceso se inicia cuando disminuye la mortalidad infantil que provoca una disminución de la fecundidad. De esta manera, el menor número de jóvenes origina automáticamente el incremento de la proporción adultos y viejos. Este es el envejecimiento por la base, se entiende de la pirámide de edades.

 

El segundo factor es el alargamiento de la vida (aumento de la longevidad). Es el envejecimiento por la cúspide, también de la pirámide de edades.

 

El envejecimiento actual de las sociedades desarrolladas es el producto de la combinación de ambos tipos.

 

  1. ¿Qué rasgos lo definen?
  2. Un fenómeno sin precedentes, particularmente la llamada inversión de la tendencia demográfica.
  3. Es un fenómeno global que afecta a países desarrollados y en desarrollo.
  4. Fenómeno difícilmente reversible .El envejecimiento personal resulta irreversible. Nadie puede tener al año siguiente menos años que el anterior. El envejecimiento colectivo tampoco tiene fácil solución. A lo sumo algunos paliativos reductores.
  5. Fenómeno de hondas repercusiones (aunque sea positivo). En lo económico: mercado laboral, crecimiento, ahorro, inversiones, consumo, pensiones, tributación, transferencias intergeneracionales.

En lo social: Salud, composición de la familia, vivienda, migraciones.

En lo político: comportamientos electorales.

  1. Afecta sobre todo a las mujeres debido a su mayor esperanza de vida.
  2. El envejecimiento se autoalimenta. El envejecimiento de la vejez (el grupo que más crece en nuestras sociedades el de 80 y más). Sobre envejecimiento.
  3. Decía que era un fenómeno global por cuanto atañe a países desarrollados y países en desarrollo, pero de manera diferencial, lo cual plantea dos grandes asuntos: que los países en desarrollo tendrían menos tiempo para adaptarse a las consecuencias del envejecimiento y que éste se producirá con niveles económicos muy inferiores a los que existían en su momento en los países desarrollados.

 

  1. ¿Cuáles son sus datos a escala internacional y nacional?

En 2015 había en el mundo más de 600 millones de personas con 65 y más años. En 2050, tan sólo dentro de 34 años ya habrá más de 1.500 millones. Pero lo más importantes en relación con lo que decíamos en el punto anterior, es que la gran mayoría de esas personas vivirán en los países en desarrollo. Hoy la tasa general de envejecimiento (poco significativo) no llega al 10% pero en 2050 rebasará el 16%. Vamos a una sociedad envejecida a escala planetaria con unos países (los desarrollados) muy envejecidos y otros que tendrán entonces las tasas que tienen hoy los desarrollados.

 

¿Y en España?

Ante todo diré que no somos de los países más envejecidos de Europa pero que el envejecimiento es un fenómeno creciente. Veamos sus datos fundamentales.

 

  1. Tenemos una tasa superior al 18% lo que nos sitúa cerca del “Top Ten” de los países europeos que con Japón son los más envejecidos del mundo.
  2. Ya hay más viejos que jóvenes en la población española. Se produce lo que llamábamos inversión de la tendencia demográfica.
  3. A diferencia del número de viejos que crece, los jóvenes disminuyen.
  4. Como en otros países el envejecimiento tiene nombre de mujer.

Nacen más niños que niñas (105/100).

Los sexos se igualan en torno a los 50 años.

Desde entonces el porcentaje de varones disminuye de forma progresiva.

  1. Y como en otros países también en el nuestro se produce el fenómeno del sobre envejecimiento. Ya tenemos más de 2,7 millones de octogenarios y casi 15.000 centenarios.
  2. A nivel de país no somos de los más envejecidos de Europa, pero si descendemos a escala regional nos encontramos con algunas comunidades muy envejecidas (más del 20%). Aragón, Asturias, Castilla-León, Galicia, País Vasco, todas en la mitad septentrional de España, dibujan un mapa de la España vieja.
  3. El envejecimiento en España no ha hecho más que comenzar. Los datos de las proyecciones del INE auguran una intensificación progresiva tanto de la población mayor de 65 años, como de la de 80 años.

A finales de la próxima década uno de cada cuatro habitantes de España será mayor de 65 años y en el horizonte de 2050 más de uno de cada tres. Es cierto que los 65 de dentro de algún tiempo no serán los de ahora y ese umbral no podrá seguir utilizándose para definir (estadísticamente) la vejez. Pero seguimos empleando el indicador para realizar comparaciones con la situación actual. Lo que resulta significativo en este cuadro anterior es el fuerte crecimiento de la población de 80 años. Por este indicador seremos uno de los países más envejecidos de Europa que es decir del mundo.

 

  1. ¿Cuáles serán sus consecuencias sobre el mercado laboral?

El envejecimiento combinado con la caída de la natalidad va a provocar una disminución de la población activa. Habrá menos trabajadores disponibles para la producción de bienes y servicios.

 

Algunos países, con un alto nivel de desempleo como España, tienen una mano de obra abundante desempleada, para enfrentar esta situación. En otros la solución pasa por una mayor productividad y una mecanización del trabajo (los robots deberán cotizar a la Seguridad Social).

 

La reducción de la mano de obra se observará sobre todo en los primeros escalones de la pirámide laboral. La población activa se acumulará en las edades adultas-viejas lo cual provocará un envejecimiento de la masa laboral. Esto no siempre será negativo. Los trabajadores de más edad tienen cualidades que repercuten positivamente en la productividad: experiencia, conocimientos, habilidades, regularidad, puntualidad.

 

Otras son menos favorables, sobre todo en trabajos que exigen un gran esfuerzo físico, lo cual provoca una disminución de la productividad y un aumento de la inestabilidad. También se resiente la renovación tecnológica, se incrementan los costes salariales y existe una menor tasa de movilidad profesional y territorial.

 

En relación con la productividad y su conexión con la edad, existen algunas creencias que conviene erradicar:

 

  1. No es verdad que los trabajadores mayores sean menos productivos.
  2. Ni que se pongan enfermos con mayor frecuencia que los jóvenes.
  3. Además, detrás del retiro no hay casi nunca motivos de salud.
  4. Ni es cierto que los trabajadores de edad ocupen los puestos de trabajo que podrían emplear a los jóvenes.

Así pues, nuestras sociedades se van a enfrentar a una escasez de mano de obra en el futuro que planteará un problema serio de desequilibrio entre activos y dependientes.

Será necesario inyectar más activos en el mercado de trabajo absorbiendo el desempleo actual, elevando la edad de jubilación, permitiendo la inmigración o incentivando una mayor presencia de las mujeres (allí donde sea posible) en el mercado de trabajo.

Esta inyección de más trabajadores será especialmente necesario en aquellos países que tengan un sistema de pensiones basados en el reparto.

 

  1. Esta cuestión nos plantea el siguiente interrogante: ¿Podremos pagar las pensiones?

Nuestro sistema, y el de muchos otros países, está basado en el procedimiento “pay as you go”, lo cual requiere unas determinadas proporciones entre la población activa y los jubilados. Son necesarios varios activos para pagar la pensión de un jubilado ¿los hemos tenido?: Sí. ¿Los vamos a tener?: NO. Y ello por varias razones. Cada vez habrá más pensionistas que además estarán más años cobrando una pensión. Y frente a ellos habrá menos activos. Hoy en países de nuestro entorno la proporción se mantiene en 2/1 que ya es pequeña, pero en el futuro dicha proporción bajará a 1/1 o a 1/1,5. El coste de las pensiones superará al de los ingresos.

 

De ahí la necesidad de aumentar el número de cotizantes. Y de ahí la necesidad de combinar el actual sistema de reparto con algún sistema de capitalización amparado e incentivado por el Estado.

 

 

  1. ¿Qué repercusiones tendrá para el sector sanitario?

Pese a que la vejez se va retrasando merced a un aumento de la esperanza de vida, la que existe a los 65 años y lo que llamamos esperanza de vida saludable.

 

Hoy los varones tienen una eo de más de 80 años y las mujeres de 85. A los 65 años un hombre puede espera vivir 19 años y una mujer casi 23.  Si nos referimos a los años vividos sin limitación de la actividad o con limitación moderada, los datos ponen de manifiesto que si bien las mujeres viven más años que los hombres, estos viven más tiempo sin limitación de la actividad. Las mujeres tienen una mala salud de hueso.

 

Y si nos atenemos a los datos de la Encuesta Nacional de Salud (2011-2012) más de la mitad de la población de 65 y más declara no tener ningún tipo de dependencia funcional ni para el cuidado personal, ni para las tareas domésticas ni para la movilidad. La autonomía es mayor en los hombres (61%) que en las mujeres (48%).

 

A pesar de estos datos que son ciertamente alentadores, la intensificación del envejecimiento, particularmente el aumento de los octogenarios, van a acarrear algunos inconvenientes. Uno de ellos es la intensificación de las enfermedades crónicas y degenerativas. El crecimiento del consumo de productos médicos, hospitalarios y farmacéuticos va a crecer. Los mayores con un 18% de los efectivos suponen la mitad de todas las altas hospitalarias y tienen estancias más prolongadas. La atención médica y hospitalaria aumenta con la edad. Los hospitales sufren un proceso de geriatrización intenso. Debido a todo ello aumenta el gasto sanitario sobre todo a partir de los 80 años.

 

El envejecimiento provoca además en las edades altas (más de 85 años) un aumento de la discapacidad y de la dependencia. La tasa de discapacidad crece con la edad. A los 80 años más de la mitad de la población española tiene problemas para realizar las actividades cotidianas. La discapacidad y al dependencia afectan más a las mujeres dada su mayor esperanza de vida. La mejora de la asistencia sanitaria y de las condiciones de vida han permitido reducir la incidencia de sus efectos, pero no nos engañemos, la intensificación de la vejez hará crecer la cifra de personas dependientes. Serán necesarias medidas legales y nuevas estrategias públicas para enfrentar la dependencia hoy muy “dependiente” de la acción ejercida por las familias.

 

 

  1. ¿Ejerce una acción decisiva o, al menos, importante sobre el voto?

En ocasiones, la acción política (y económica y social) de los mayores se ejerce a través de las asociaciones constituidas para defender sus propios intereses. Quizás la más conocida sea la americana “Las panteras grises”.

 

En otros casos y en ausencia de grupos importantes de esta naturaleza, su “política” se ejerce a través de participación en los procesos electorales.

 

El voto de los electores mayores de 65 años es cada vez más importante por diferentes razones. La primera por su creciente relevancia demográfica (un proceso que no cesa y se intensifica); la segunda por su significativa movilización electoral. La tercera por su conservadurismo, en el sentido de que son más propicios a votar a partidos consagrados sean estos conservadores o progresistas (en España claramente al PP o al PSOE y muy poco a Ciudadanos o Podemos).

 

El caso español ejemplifica, una vez más, estas tendencias. Veamos algunos datos  procedentes de un estudio de Metroscopia.

 

¿Qué porcentaje representan sobre el censo electoral? Aproximadamente el 24,5%.

 

¿Cuál es su auténtico peso electoral? Además de su peso demográfico es preciso tener en cuenta su alto nivel de movilización (el porcentaje de los que dicen que van a votar es superior en los mayores de 65 años que en los que tienen menos de esa edad) y su convencimiento acerca de lo que van a votar.

 

¿Cómo son? Además de más movilizados y más decididos, son menos proclives al multipartidismo. Y se sitúan más en el espectro del Centro Derecha. En las últimas elecciones fueron más partidarios del PP y Mariano Rajoy que de Pedro Sánchez. Iglesias y Rivera alcanzaron porcentajes muy pequeños.

 

  1. ¿Ofrece el envejecimiento nuevas oportunidades económicas?

La respuesta es que el envejecimiento no hay que verlo únicamente como un factor de gasto (pensiones, sanidad, dependencia, etc), sino también como una oportunidad de negocio y nuevas inversiones. Es uno de los tres grandes hechos demográficos que favorecen la aparición de nuevas actividades económicas junto con el crecimiento de la población en su conjunto y el desarrollo de las clases medias.

 

Hay ya muchas compañías que trabajan para una clientela mayor, especialmente en el mundo desarrollado. Estas empresas pertenecen al mundo sanitario, inmobiliario, automovilístico, de cuidadores personales, financiero, de utensilios para el hogar o de las nuevas tecnologías entre otros.

 

Ámbito sanitario: (productos ortopédicos para personas con dependencia).

Sector inmobiliario: Seniors Resorts.

Sector automovilístico: coches adaptados. FORD.

Sector farmacéutico: cremas anti-edad, para prolongar la juventud, para rejuvenecer la mirada, quitarse años, …

Utensilios del hogar: Lavadoras carga superior. Utensilios de cocina.

Nuevas tecnologías: domótica, aplicaciones de internet que deben tener dos condiciones imprescindibles: usabilidad y accesibilidad.

Rafael Puyol

Director del Observatorio de Demografía del I.E.

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